Tela calefactable: calor uniforme para llevar

Tea calefactable

Los textiles funcionales llevan algunos años revolucionando la forma en la que concebimos los tejidos. Gracias a la combinación de tecnologías procedente de diferentes campos de conocimiento, hoy en día podemos conseguir en el mercado prendas que liberan fragancias o repelente para insectos al frotarlas y tejidos antibacterianos o autolimpliables. El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) ha realizado su aportación a este catálogo con una tela calefactable que garantiza un calentamiento uniforme de las superficies y que ya forma parte de la Materioteca de Galicia.

En la Villa romana de Toralla, excavación arqueológica abierta al público en Vigo, pueden verse los vestigios del que fue el primer sistema de calefacción central de la historia: el hipocausto. Inventado en el siglo I a. de C. por los romanos, se trataba de un sofisticado modelo de calefacción radial que distribuía el calor por el suelo de las casas más pudientes.

Dos mil años después, seguimos perfeccionando la tecnología que nos permite mantener o aumentar la temperatura. Por lo que se refiere a los textiles, la manta eléctrica es la referencia más conocida. Sus orígenes están en la almohadilla eléctrica que el doctor norteamericano Sidney Russell inventó en 1912 para colocar en el pecho de pacientes tuberculosos. El cuadrado de tela con espiras eléctricas en su interior inspiró la manta que se popularizó en los años 30 del siglo pasado, pero que aún hoy sigue presentando problemas de seguridad por su riesgo de sobrecalentamiento.

Las telas calefactables eficientes y seguras son objeto hoy de avances que nos permiten vestir chaquetas y guantes o sentarnos en sofás que emiten calor. Uno de los principales quebraderos de cabeza de los investigadores que desarrollan estos textiles funcionales es que el calor se distribuya de forma uniforme. Los del área de nuevos materiales del CTAG dieron con la solución de forma casual, mientras desarrollaban plásticos capaces de detectar impactos para su uso en vehículos. Para monitorizar las piezas mientras eran sometidas a diferentes tipos de golpes, tenían que conectarlas a la corriente eléctrica y ahí detectaron que, gracias a unos compuestos de carbono que les habían añadido, las piezas se calentaban y, además, lo hacían de forma uniforme. A partir de ese momento, se centraron en buscar formas asequibles y fáciles de aplicar este efecto, hasta que dieron con una pintura que se podía incorporar a cualquier superficie, incluso una tela. El reto principal fue lograr que la tela se mantuviese flexible y que los contactos de cobre necesarios para conducir la corriente eléctrica no se despegasen, pero pusieron tanto empeño que al final lograron una solución que hoy es objeto de una patente.

La tela calefactable del CTAG forma parte de la sección de materiales basados en carbono de la Materioteca de Galicia. Su base es un tejido de algodón o poliester con un coating calefactable y contactos de cobre por electrodeposición flexibles e integrados en la tela, sin riesgo de laminación por choque térmico. Según sus creadores, el calor que aporta es más agradable y saludable que el generado con hilo en las resistencias eléctricas tradicionales, al tiempo que la tela conserva tanto sus propiedades como su flexibilidad e incluso es posible microperforarla para mejorar la transpirabilidad.

Aunque aún no está disponible en el mercado, ya se han hecho pruebas piloto para diferentes sectores. Los test realizados han permitido calefactar diferentes piezas del interior de un vehículo (reposabrazos, asiento, volante, etc.), pero también calentar el suelo de terrazas en bares o tener encimeras de cocina que mantienenel plato caliente. Además, se ha identificado también como aplicación potencial el recubrimiento de palas eólicas o componentes de aeronáutica para evitar la deposición de hielo en condiciones climáticas extremas.

La potencia es adaptable, de forma que es posible alcanzar los 2.000 vatios por metro cuadrado, logrando una temperatura de hasta 200ºC. Además de lograr una temperatura concreta, es posible lograr una velocidad de calentamiento determinada. Accede a la ficha de este material para obtener toda la información (link).